La matanza de Texas de Tobe Hooper.
1974.Terror, culto. P: 9/10
Después de haber visionado el remake de La matanza de Texas, me he sentido impelido a criticar y documentar la original, y una de mis películas de culto.
Director: Tobe Hooper
Guión: Kim Henkel y Tobe Hooper
Fotografía: Daniel Pearl; Tobe Hooper, fotografía adicional
Musica: Tobe Hooper y Wayne Bell
Intérpretes: Marilyn Burns (Sally Hardesty), Allen Danziger (Jerry), Paul A. Partain (Franklin Hardesty), William Vail (Kirk), Terry McMinn (Pam), Edwin Neal (autoestopista), Jim Siedow (anciano), Gunnar Hanner (Leatherface), John Dugan (abuelo), John Larroquette (narrador)
Argumento: Un grupo de jóvenes viaja a visitar las tumbas de sus padres; en el camino se toparan con una extraña familia de caníbales que los irán matando, uno a uno.
Comentarios: Antes de
nada y a pesar del título, no es un film gore, de matanzas indiscriminadas y
ríos de salsa de tomate. Nada más alejado de la realidad. De entrada el paisaje
árido, seco, rural y medio abandonado. Lo segundo un ambiente claustrofóbico,
opresivo, violento, irreal. Y tercero el tratamiento documental.
Todo va sugerido con una atmósfera de terror que se hace real en nuestra mente, ayudada por una música inquietante.
Pero todo se sustenta en los dos grandes protagonistas: La casa y Leatherface (el hombre de la máscara de piel y sierra mecánica). Tanto la presencia de la casa como la aparición de Leatherface (movimientos bruscos, intempestivos, tratando a los cuerpo como pequeños juguetes) causan tremendos escalofríos. Asustan solo con su presencia.
El argumento está basado en Ed Gein, el asesino en serie que dio base a la película, así como a Psicosis de Robert Bloch que dirigió, para el cine, el tío Alfred. El hogar de Gein, que se vestía con pieles de cadáveres y de mujeres que había matado, con una obsesión patológica con su madre muerta y a la que intento rescatar de su tumba sin conseguirlo, estaba decorado con restos humanos: sofás tapizados con pieles humanas, tazas que eran calaveras humanas, etc... Está demostrado que efectivamente secuestro, mato y mutilo a dos mujeres. Antes había profanado el cementerio local sacando de la tumba fresca a cadáveres de mujeres a las que desvisceraba, quitaba la piel y llegaba a devorarlas. Robert Bloch que vivía cerca del pueblo de Gein escribió una novelita espeluznante:"Psicosis", basándose en los dos rasgos más típicos de Gein: su obsesión por su madre muerta y por vestirse con pieles de mujeres. Más tarde, el tío Alfred hizo esa joya de Psicosis, si bien cambio totalmente la imagen del asesino; de un regordete, mofletudo, cuarentón y con gafas, Norman, paso al guapo y clásico Anthony Perkins; el cambio fue, si mas, terrorífico.
Cuando la
policía entro en su casa, se encontró con el cadáver de una mujer colgado por los pies del techo, decapitado y
una enorme raja que iba desde el pubis a la garganta por donde la había
desviscerado. Eso era el principio del macabro
hallazgo: cinturones de pezones, cráneos por los suelos, restos de mil
cadáveres, utensilios de cocina hechos de huesos, muebles forrados con piel
humana, mascaras hechas con rostros humanos y pelo natural. Las fotos que saco
la poli son escalofriantes. . Solo la habitación de su madre estaba intacta,
tal como la dejo al morir.
La popularidad de Gein fue tal que intentaron hacer un museo con su casa, así como excursiones de viajes organizados.
Como película de culto es muy recomendable. No es nada gore, más bien comedida y el terror esta en forma de ambiente, de fotografía, de sugerencias.......terror inteligente al fin y al cabo.
Dice King en su libro: "Little Richard resultaba ciertamente perturbador y Michael Landon (que ni siquiera tenía suficiente espíritu escolar como para al menos quitarse la chaqueta del uniforme de su instituto antes de convertirse en hombre lobo) también resultaba inquietante, pero aún estaban a kilómetros y años de distancia del Fish Cheer en Woodstock y del viejo Caracuero dándole a la cirugía improvisada con su McCulloch en La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, Tobe Hooper, 1974)."
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