CARRETERA
MALDITA de Richard Bachman, alias Stephen King.
1981. Fantástico,
terror. P: 6/10.
Autor:
Stephen King.
Sinopsis: Un
hombre da una opinión enojado sobre el proyecto de extensión de la autopista, se niega a que pase por sus terrenos.
Dawes,
visita una tienda de armas y compra varias armas de fuego. El hijo de Dawes,
Charlie, murió de cáncer cerebral años antes, y este es incapaz de romper sus
lazos donde su hijo creció.
Dawes reúne
una carga de bombas molotov y las utiliza para dañar el equipo de construcción
de la autopista, causando un breve retraso en el proyecto. Más tarde, Magliore
se pone de acuerdo con Dawes en venderle explosivos.
Dawes se
encierra dentro de su casa y dispara a la policía enviada para desalojarlo a la
fuerza. La confrontación atrae la atención de los medios de comunicación, y
Dawes intimida a la policía al dejar que un reportero - el mismo que lo
entrevistó antes, como pasó anteriormente, aunque ninguno reconoce al otro - a
entrar a la casa y hablar con él. Una vez que el reportero se va, Dawes arroja
sus armas por la ventana y pone en marcha sus explosivos, destruyendo la casa
con él dentro.
Comentarios:
Muy de actualidad y de denuncia de los manejos políticos y de desfalcos y de la
desilusión del autor con el trabajo pero valió mas la idea de publicarla que de
destruirla.
Muy de
novelista novel pero en la que se notan mucho de sus capacidades literarias,
sobre todo al construcción e un hombre dañado y con agallas...
Un relato
diferente, atípico, muy crudo y personal, lejos de hechos sobrenaturales o
fantasía; es más bien el infierno de cada uno que se revuelve en el estomago y
que demuestra, una vez más, que debajo de esa patina de civilización que todos
tenemos se esconden auténticos salvajes (en el peor sentido de la palabra) y
como el "stress", las dudas, la ira va cambiando y destrozando
nuestro esquema mental, destruyéndolo (como los celos aunque estos lo perdonen
más gente)....como, en el fondo, todos deseamos nuestra propia destrucción pero
que sean otros los detonantes, no reconoceremos de verdad lo que somos o
queremos.
Y el valor
de la propiedad, como nos aferramos a conceptos puramente materialistas (aunque
en el fondo se nos de la razón o la tengamos de verdad- el autor se la da al
prota)
Un final de
traca, un clímax final apoteósico...
Sin embargo,
mira, no te lo recomiendo, pasa de él, de verdad...
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