Las novias de Drácula de Terence Fisher.
1960. Terror, vampiros, secuela, Hammer. P: 7/10.
Director: Terence
Fisher
Música: Malcolm
Williamson
Fotografía: Jack Asher
Interpretes: Peter
Cushing (Van Helsing), Yvonne Monlaur, David Peel (Baron Meinster), Martita
Hunt (la Baronesa), Freda Jackson, Miles Malleson, Andree Melly, Mona
Washbourne, Henry Oscar
Sinopsis: Después de que el joven barón Meinster sufra la mordedura del
conde Drácula, para impedir que actúe como un vampiro, su madre decide
confinarlo en sus habitaciones encadenado con una argolla de oro.
Sin embargo, una joven invitada de la baronesa lo libera sin sospechar las
consecuencias de su acción.
Comentarios: Es realmente la segunda entrega, desde el punto cronológico
(1960), de los vampiros de la Hammer, ya sin Christopher Lee y sin Dracula por
lo que normalmente se mete como una historia independiente basada en Van
Helsing como el eterno mata vampiros (algo similar a la posterior "Kung Fu
y los siete vampiros de oro").
Muy buen película, sorprendente. Los vampiros son los clásicos de siempre,
retroceden ante la cruz y el agua bendita y solo se les para con la estaca de
madera y el fuego además, de que pueden ser vampiros y volar como tales...la
figura de protección, en este caso la madre, está sumida en ese delirio de amor
filial y el sentimiento de culpa...los vampiros solo necesitan la mordedura
para convertirse en uno de ellos, así pasa con la chica del pueblo, la madre
del barón o la profesor del internado y duermen en tierra sin consagrar...
La mejor escena es la aparición de la profesora como vampira, llena de
tensión y ominosa rota por la intervención de Van Helsing...Muy interesante
también es como se cura Van Helsing de la mordidura (¡¡¡Van Helsing mordido por
el vampiro!!!), cauterizando la herida con un hierro ardiente (como si fuera
una posible infección bacteriana) y bendiciendo la parte quemada con agua
bendita (infección diabólica, por supuesto).
Un final que desmerece un poco a todo el film en esa cruz que forma las
aspas del molino y acaba con el Baron Meinster pero que, en fin, no todo puede
ser tan perfecto como quisiéramos.
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